Noruega, 23 de Abril del 2015.- Un equipo de expertos liderado por la investigadora del departamento de
Biociencias de la Universidad de Oslo (Noruega), Barbara Fischer, ha demostrado que las mujeres con
cabeza grande pueden dar a luz con mayor facilidad.
Según el informe del estudio publicado en la revista 'PNAS', las mujeres con cabeza grande, a diferencia de las de cabeza pequeña, poseen un canal de parto adaptado para que los neonatos de grandes cabezas pasen más fácilmente. Esto se explica porque estas mujeres tienden a dar a luz a bebés con cabezas grandes, y porque el hueso sacro (situado encima del coxis) es más corto en ellas, por lo que deja más espacio en el canal del parto para la salida del bebé.
Según el informe del estudio publicado en la revista 'PNAS', las mujeres con cabeza grande, a diferencia de las de cabeza pequeña, poseen un canal de parto adaptado para que los neonatos de grandes cabezas pasen más fácilmente. Esto se explica porque estas mujeres tienden a dar a luz a bebés con cabezas grandes, y porque el hueso sacro (situado encima del coxis) es más corto en ellas, por lo que deja más espacio en el canal del parto para la salida del bebé.
Además, el estudio sugiere que la forma de la pelvis de la mujer está asociada a la estatura y al tamaño de su cabeza. Asimismo, se comprobó que las mujeres y hombres con cabezas pequeñas tienen la cavidad pélvica más ovalada, lo que en el caso de las mujeres dificulta el parto. Lo mismo ocurre con las personas altas que tienden a tener una pelvis menos redonda.
Las mujeres bajas también tienen más facilidad en el parto
En el caso de mujeres bajas, el estudio demuestra que poseen una pelvis más redonda que la de las altas, fruto de una adaptación a una fuerte presión de la selección al nacer. "La cavidad pélvica redonda que hemos descubierto en mujeres pequeñas, que es beneficiosa para dar a luz, también se ha observado en hombres pequeños", explica Fischer.
Para llegar a esta conclusión, Fischer y el antropólogo de la Universidad de Viena (Austria),Philipp Mitteroecker, analizaron en 3D los datos recogidos de 99 pelvis humanas,seleccionadas en los años 80 por investigadores estadounidenses para mejorar el diseño y seguridad de los asientos de autos a partir de la morfología de este hueso. Además, usaron las mediciones de estatura y cabeza de unos 3000 esqueletos del Museo de Ciencias Naturales de Cleveland (Estados Unidos).
De esta manera, comprobaron que tanto la forma de la pelvis, como la estatura y la circunferencia de la cabeza están genéticamente determinadas. "Algunas combinaciones de estas características están conectadas genéticamente a través de la evolución, y si son favorables, se repiten en el futuro. Esto es lo que creemos que ha sucedido durante la evolución humana con la pelvis, el tamaño de la cabeza y la estatura", señala Fischer.
No obstante, los investigadores aclaran que el riesgo de tener un parto complicado también de factores ambientales y genéticos, independientemente de los patrones identificados en la investigación.
Fuente: Medios Internet