martes, 29 de agosto de 2023

Tacna: ¿quiénes fueron las mujeres anónimas de la Procesión de la Bandera?

La Procesión de la Bandera es la tradición más importante de Tacna


Tacna es una emoción. Luego de 46 años de ocupación por parte del Ejército chileno, el 28 de agosto es la fecha en la que la región más al sur del Perú ganó su libertad. Pero las cosas han cambiado, lo que aquella vez fue una procesión solemne llevada por mujeres anónimas hoy en día es una fiesta: la Procesión de la Bandera, recuerda Promperú.

Hace 120 años, Tacna era una ciudad ocupada. Sus habitantes, sin embargo, seguían resistiéndose a pertenecer a un país extranjero. Días antes del 28 de julio de 1901, un peculiar pedido llegaba a las manos de las autoridades chilenas: ciudadanos, organizados como la Sociedad de Auxilios Mutuos El Porvenir, solicitaron permiso para sacar en procesión la Bandera peruana por las calles hasta llegar a la plaza de Armas donde sería izada.

Habían pasado 18 años desde el final de la guerra y las autoridades pusieron una sola condición. Tendría que ser en silencio. Secretamente, temían que las manifestaciones de patriotismo desataran la violencia en las calles; sería un evento solemne para los peruanos que buscaban celebrar las Fiestas Patrias. 

“La Procesión de la Bandera, si bien se hizo el 28 de julio, la celebramos el 28 de agosto, porque ese día Tacna volvió al Perú”, explicó Rubí Jiménez, una joven tacneña a Perú.Info“Es emocionante porque es un día de cantar el Himno Nacional y agradecer que somos libres, revaloras tu libertad”, agregó.   

La Bandera y las mujeres anónimas

Llegó el día y la Bandera salió con dirección a la iglesia de San Ramón, donde fue bendecida por el párroco. Era llevada por decenas de mujeres que habían resistido en silencio, durante años, dedicándose a la educación de los niños, inculcándoles el amor por el Perú. “Tenían escuelas clandestinas y luchaban por sus derechos. Si las descubrían se arriesgaban a represalias”, contó Jiménez.

En silencio, la Procesión de la Bandera empezó a recorrer las calles de Tacna y poco a poco los ciudadanos se acercaban. Desde los balcones caían buganvilias. Las mujeres anónimas caminaban con calma con la frente en alto. Iban vestidas de negro, como de luto. Mientras, los peruanos se reunían y caminaban al lado de su bandera.

Tras recorrer las calles llegaron al centro histórico, donde la Bandera peruana ondeó nuevamente. “Para mí, la Procesión de la Bandera significa no solo cantar, sino también agradecer ese día y el legado que dejó. Hasta ahora, la mayoría de personas que la cargan son mujeres, salvo algunas autoridades. Pero las mujeres anónimas tuvieron un rol fundamental. Me pongo a pensar en que tal vez no imaginaron que iban a dejar un legado. Eran fuertes y arriesgaron mucho, y fueron constantes en su lucha colectiva”, expresó.

Una verdadera fiesta  

En la actualidad, la Procesión de la Bandera es una fiesta llena de gritos, cantos y celebración. Se canta el Himno Nacional, algunas polcas y todo tipo de canciones populares, pero también lleva a la reflexión. Para Rubí se trata de celebrar, pero también de hacerse preguntas.

“¿Cómo estoy usando mi libertad? ¿Qué estoy haciendo yo para que el Perú sea un mejor país, más solidario? Por qué el Perú también es uno mismo. Ese día reafirmo mi compromiso con el país”, explica Jiménez. 

El legado de las mujeres anónimas es fuerte. Cimentaron un espíritu que se renueva cada año. “Después del paseo, izamos la Bandera. Siempre es conmovedor verla ondear. Ahora somos libres”, finalizó con emoción. 

NDP/JOT
Fuente: APN "ANDINA"

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